11/03/08

CUATRO POR CUATRO


Las necesidades del ser humano son mayores con el paso del tiempo y también mas difíciles de saciar; cuando eres niño la mayor preocupación que ronda por tu cabeza es hacer la tarea, te dan ganas de tomar tus útiles escolares y lanzarlos por la ventana, desaparecerlos de la faz de la tierra, llegar al colegio con un borrador y decirle a la maestra: “Ponga las palmas de las manos” –y darle un buen golpe- “Aprenda a que los fines de semana no se les deja tarea a los alumnos”, nos quejamos del juguete que no tenemos y tanto añoramos, de la sopa y el uniforme, de peinarnos cada mañana, de limpiar nuestros zapatos, todo es un agobio en nuestro microcosmos.

Conforme pasa el tiempo nuestra problemática existencial se agranda, la inestabilidad en todos los aspectos nos detiene y nos asfixia, lo que veíamos como un obstáculo en nuestra infancia con el pasar de los años nos resulta reconfortante, ¿a quien no le agradaría que con sentarse frente a un cuaderno y saber cuanto es 4 + 4 se solucionara todo? Tal vez jamás aprendimos a vivir nuestras etapas como se debe y la vida nos pasa la factura, todo debería ser sencillo, simple, practico y no tan anacrónico y marchito, la intolerancia y la falta de sentido común nos lleva al abandono propio, al querer mas sin saber de que, algo he aprendido en todo este tiempo y es que los conflictos no se pueden solucionar lanzando los útiles por la ventana.

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